25 de marzo de 2008

Iron Maiden en Buenos Aires, Argentina, 07 de Marzo, Estadio de Ferro



Por: Gianfranco Giudici

Con revisación mínima al entrar, mis primeros pasos en Ferro fueron hacia uno de los baños químicos ubicados en la cancha, con el afán de descargar alguna cerveza que había tomado (y así disfrutar tranquilo el show).
El público fue muy diverso, se vieron niños de entre 10 y 12 años con remeras de Maiden, pero también veteranos de unos 60 años con sus respectivas camisetas (como "Live at Donington"), posiblemente fieles seguidores de la banda desde sus inicios.
Algo destacable y grato fue ver un sector elevado exclusivo para discapacitados, donde varios metaleros en silla de ruedas pudieron participar del evento.
Durante el concierto, parado cerca de mí, había un no vidente que sonreía y giraba la cabeza al mejor estilo Ray Charles.
El clima ese día estuvo amenazante (como en toda la semana), cayeron por instantes algunas gotas, pero en Ferro el cielo comenzó a despejarse, y cuando Maiden subió a escena el cielo lució estrellado.
Como en la mayoría de los conciertos el comienzo fue con proyección de video, donde se vieron imágenes del tour mientras se escuchaba el instrumental "Transylvania".
Luego las imágenes se trasladaron al blanco y negro, y aparecieron aviones de la 2da Guerra Mundial acompañados por la voz de Churchill.
A esta altura el público gritaba enfervorizado, sabía que estaba cerca el arranque con "Aces High".
La experiencia fue muy diferente a la del lunes con Dream Theater, aquí la gente saltó en su totalidad coreando las canciones y generando un "ida y vuelta" muy fuerte y emotivo.
Siguieron "2 Minutes To Midnight", "Revelations", y con el grito de Dickinson "Scream For Me Argentina!!" se vino "The Trooper".
Ese instante quizás fue algo tenso, porque Bruce flameó en todo momento la bandera inglesa (el "patriotismo" argentino no permite dejar atrás la guerra por las Malvinas), y buena parte del público silbó, arrojó diversos objetos, e incluso se manifestó con escupitajos. Pero, a pesar de lo "irritante" que para los argentinos pueda resultar esa bandera, el hecho en sí finalmente no revistió dramatismo porque la mayoría saltó y coreó la canción.
El final del tema dio paso al clásico "Argentina, Argentina, Argentina" por la audiencia porteña (sin comentarios).
Luego llegaron varios temazos, "Wasted Years", "The Number Of The Beast" (Ferro se vino abajo al escuchar la intro que fue repetida palabra por palabra en cada rincón del Estadio), y sin respiro siguió "Can I Play With Madness".
Si mal no recuerdo Smith empezó a tocar enseguida algunos acordes con guitarra acústica, y junto a Bruce hicieron "The Rime Of The Ancient Mariner", una canción que honestamente no esperaba escuchar, y que provocó una merecida ovación.
El setlist continuó con "Powerslave", "Heaven Can Wait", y el punto mas alto de la noche... "Run To The Hills" (mis cuerdas vocales se desgastaron coreándola a viva voz), una de esas "joyas" del metal que logran erizarme.
En el éxtasis total uno suponía que ese tipo de clima no se repetiría, pero afortunadamente me equivoqué, tocaron "Fear Of The Dark" y el deseo de sumergirme en aquel mar humano se profundizó. Lo único que pudo impedirlo fue el hecho de no poner en riesgo mi salud y la de mi cámara de fotos.
Luego llegó "Iron Maiden", que no fue ovacionada por la canción en sí, sino porque en medio de ella apareció Eddie, un Eddie al estilo "Somewhere in Time" (mucho más prolijo que aquel que trajeron a Uruguay en el '92), y la banda interactuó con él mediante amenazas, empujones y "golpeándolo" con sus instrumentos.
Tras un breve receso cerraron el recital con "Moonchild", "The Clairvoyant" y "Hallowed Be Thy Name".
En resumen, un excelente show en el cual lo único que lamento fue mi ubicación distante al escenario (todo sea por la integridad de mi cámara).
Al principio no me gustó el desempeño vocal de Bruce, se notó que a ciertas notas no llegaba, pero promediando el espectáculo mejoró muchísimo y la rompió. Se movió vertiginosamente de un lado a otro del escenario, subió y bajó escalones (a veces tropezando), mostró un vestuario cambiante, máscaras de estilo indígena; y hasta imitó a un mono durante un solo de guitarra.
En definitiva, un gran showman y frontman con sobrada energía para su edad.
Del resto de la banda solo decir que estuvieron la mayor parte del tiempo entrecruzándose, tocando las guitarras de una manera poco convencional, que de solo verla a uno le resultaba incómoda.
Como anécdota, en determinado momento del concierto fueron a escena unas 20 personas que saltaron y agitaron con la banda. Tal vez eran parte del staff o ganadores de alguna especie de concurso, ni idea.
La escenografía desde mi lugar (sin el ángulo apropiado) se observó como algo de estilo egipcio, en el fondo se contemplaba la cara de Eddie, y según comentarios, varios diseños de la misma fueron cambiando durante el espectáculo.
Entre los cánticos futboleros típicos de la noche, el que más recuerdo decía algo así como "Porom Pom Pom, Porom Pom Pom, el que no salta es un Stone!".
Es lógico que hayan quedado varias canciones importantes sin tocar, en mi caso me hubiera gustado escuchar "Be Quick Or Be Dead" por ejemplo, pero aún así pienso que la selección fue excelente.
El sonido 10 puntos, los solos alcanzaron un buen plano de definición con respecto al resto de los instrumentos, y la voz de Bruce estuvo siempre presente.
Triste lo que mostró parte del público cuando agredió a las bandas con insultos y arrojando cosas, no entiendo como alguien paga una entrada de 110 pesos argentinos para después caer tan bajo.
Si bien lo de Lauren Harris (telonero) no es Heavy Metal, no se puede justificar una acción así.
Además, su padre es el bajista y líder de Iron Maiden, dato que al parecer no llegó a más de uno.
Por otro lado, un auténtico fan de Iron Maiden sabe que Dickinson flamea la bandera de Inglaterra en la canción "The Trooper", incluso ya lo hicieron antes en Argentina. "The Trooper" se basa en un fallo militar inglés y habla de derrota, la intención de usar la bandera no implica precisamente un acto de orgullo, sino más bien lo contrario.
Muchos argentinos no lo interpretaron de esa manera...

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