La Vela Puerca en Montevideo, Uruguay, 5 y 6 de abril, Teatro de Verano

“Soy de la ciudad...”, donde transito los días y las noches, un circuito que muta y al mismo tiempo se muestra inmutable. El tiempo lo puebla de historias de bar, de amistad, de copas, de disputas callejeras, de amores con matices insospechados, de colores y de calores, de aromas inolvidables, y de sueños que suben bien alto para luego hacer vibrar el suelo.
El folklore del barrio, el lenguaje de la calle, todo lo que nos hace pertenecer con el corazón a este pequeño lugar del mundo, exhibe su propia banda sonora cuando suenan las canciones de La Vela.
Nada más auténtico, nada más simple.
Para uno, que siguió desde un lugar casi imperceptible pero no lejano la trayectoria de la banda, resulta difícil no tomar un trago de esa botella que produce tanta satisfacción, como la cerveza helada en la tarde más sofocante de cualquier verano.
Y es que La Vela Puerca hoy tiene un qué se yo que cautiva, que identifica, que sin ningún misterio ni marketing estratégico puede mas que la razón, porque llega directo al lugar mas vulnerable para cualquiera de nosotros, al pecho.
Es como aquella chica especial del liceo, la que te provocó amor y tristeza, la que te hizo más fuerte y más débil a la vez, la misma que un día quedó relegada por un nuevo amor. Y una vuelta, después de muchos años, la volviste a encontrar por ahí, en alguna esquina cerca de tu casa, y descubriste cómo tus sentimientos resurgían a través del asfalto, como si fueran los muertos vivientes de alguna matinée de domingo por la tarde.
Algo así fue lo que experimenté en la noche del 6 de abril, una suerte de re-enamoramiento.
Porque los tipos pueden gustarte o no, es entendible, pero un oído que no traiciona reconoce cuál es el valor que viene implícito en esta banda de amigos, y lo resumo en 3 palabras, emotividad, coherencia y credibilidad.
Más de 10 años de aprendizaje y lo antes mencionado, conforman quizás el porqué de un fenómeno uruguayo que no ha encontrado techo y continúa en dinámico ascenso, posiblemente de forma no tan premeditada, pero sí muy efectiva.
Es fácil percibir el equilibrio logrado entre la madurez musical del grupo y lo que el público en su mayoría espera ver en un toque de La Vela.



Incluso hubo lugar para el factor sorpresa, “berretines” según “El Enano”, un as en la manga que representa perfectamente el terreno en el cual se encuentran actualmente las 8 cabezas del grupo.
Por algo el músico siempre prefiere un instrumento tallado a mano, y permítanme esta comparación, porque más allá de gustos, estilos o tendencias, el oído que vamos trabajando a manera de luthiers por la vida, responde casi siempre a esa caprichosa necesidad de “evolución” inherente a la condición humana.
La Vela no está ajena a esa realidad, y quedó bien demostrado en la práctica.
A 10 años de aquel primer Teatro de Verano se gestan nuevos latidos, nuevas señales que hablan claramente, solo hay que sacarse por 1 minuto la remera del “Deskarado” e interpretar la apuesta, respetar las necesidades creativas.
Bienvenidas sean las versiones acústicas de Teysera como “José Sabía”, las de guitarra y violín como “Mi Semilla”, y las de guitarra y trombón como “Vuelan Palos”.
Bienvenido siempre “El Impulso”, que refleja ese instante previo al salto, hacia adelante, hacia un destino incierto pero prometedor, un disco con oxígeno.
Debo decir honestamente que no vi al público en su mejor noche, se notó bastante apático por momentos, y agitó mayormente con los temas de los 2 primeros discos y alguno puntualmente del “A Contraluz “.
Y si algo faltaba para reafirmar mi impresión, fue ver a la gente coreando “Uruguay, Uruguay, Uruguay!”.
Pregunto: ¿Era necesario?, ¿Acaso existe una falta de personalidad tan grande que nos lleva a rivalizar por el cariño de la banda?, ¿O piensan que La Vela perdió la memoria?, ¿Que ahora se consideran argentinos o de cualquier otra parte?
Tranquilos muchachos, nos robaron a Gardel y tá, ya fue...
Resumiendo, un concierto de 2 horas y media para estampar en la memoria, con una escenografía jugada, donde circularon personajes con la estética propia de una película de “Mad Max”, y algún ave que pareció escapada de la legendaria serie “Tierra de Gigantes”, aportes éstos que sumaron positivamente al espectáculo.
Con respecto al grupo, como dije al principio, alimenta un romance que se renueva y se recicla, establece una conexión con la gente que revela el porqué de su momento actual, el porqué sus canciones llegan a otros lugares del mundo y son aceptadas, aplaudidas y respetadas, en un plano de evolución manifiesta que no les quita un gramo de identidad.
Se ven muy sólidos sobre el escenario, maduros, con el aplomo característico de una banda que juega en primera, que está en su mejor nivel, y todo esto sin pérdida evidente de su frescura original.
Quiero agradecer especialmente a Sibyla, encargada de prensa de La Vela Puerca, y a Patricia Torres, fotógrafa oficial de la banda, por facilitarme el acceso al show y proporcionarme las fotos que se incluyen en este artículo… mil gracias de corazón!
Quienes formamos parte de las 9 mil almas que estuvieron entre sábado y domingo queremos decir (y me abandero nomás…) hasta pronto, mucho éxito en la próxima etapa de la gira y salud!




SETLIST DEL DOMINGO:
El Señor, Me Pierdo, Doble Filo, Caldo, Por Dentro, Frágil, Clones, Sanar, De Atar, Neutro, Contradecir, Su Ración, Con El Destino, Rebuscado, Claroscuro, Cover de Legião Urbana (con Juan Casanova), Haciéndose, Va A Escampar, Sin Palabras, Mañana, Mi Semilla, Un Frasco, Por La Ciudad, Colabore, La Sin Razón (con Kutxi), Vuelan Palos (con Martín Morón), Para No Verme Más, Radio Krimen, Zafar, Paren Hoy, El Profeta, El Viejo (con Martín Morón), Llenos De Magia, José Sabía.